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EL SÍNDROME DEL «QUEMADO»

EL SÍNDROME DEL «QUEMADO».

Se puede definir como un estado de agotamiento físico, mental y emocional provocado por el hecho de estar implicado durante un tiempo en prolongado en situaciones de alta demanda emocional. Se desarrolla en personas que tienen a su cargo el cuidado de personas enfermas, ancianos o minusválidos. También se da en médicos, personal de enfermería o trabajadores sociales.

Este síndrome afecta más a las mujeres que a los hombres, ya que a nivel social, estas han adquirido más especialización en tareas educativas y asistenciales, y los hombres mantienen una situación privilegiada en otros sectores.

La realización de este tipo de tareas de asistencia física exige un considerable gasto de recursos emocionales.

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Suele ir acompañado de una serie de síntomas como sentimiento de desesperanza e indefensión, desilusión, desarrollo de un autoconcepto negativo, aparición de actitudes negativas, etc. En concreto, presenta tres componentes:

1. Cansancio emocional

2. Aparición de actitudes negativas

3. Evaluación negativa de uno mismo o sentimientos de baja realización personal.

Las repercusiones son importantes. Se asocia a trastornos psicológicos (ansiedad, insomnio, …), consumo de drogas, problemas conyugales, mortalidad o suicidio.

Para afrontarlo o prevenirlo hay diferentes estrategias, a nivel individual o grupal, como técnicas de relajación, redes de apoyo, mayor flexibilidad de organización, mejorar las condiciones de trabajo, reducir las horas, compartir la responsabilidad, disminuir la presión, etc.                                                        

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La respuesta de las personas al estrés que experimentan puede ser distinta en función del apoyo familiar del que dispongan, la edad, el sexo, el tiempo de permanencia, el conocer a otras personas afectadas por la misma problemática, el tener amigos. Todas estas circunstancias pueden intensificar o amortiguar el estrés.

La situación de indefensión se intensifica porque no pueden abandonar libremente su tarea cuando experimenten síntomas de malestar, por lo que sus síntomas se intensificarán.

Es imprescindible en estos casos, incorporar al autoconcepto todo lo que significa y supone la labor que están realizando para obtener realización o gratificación personal. Esta asimilación del rol desempeñado influirá en la percepción de los aspectos negativos, de modo que no serán percibidos como negativos sino como consecuencias naturales de la tarea que están llevando a cabo.

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UN POCO DE ANATOMÍA

 

Hay dos regiones en el cerebro asociadas al lenguaje. Son el área de Broca y el área de Wernicke.

 

El área de Broca está situada en la tercera circunvolución frontal (a la altura de la sien) y es la encargada de la construcción y la planificación sintáctica, traduce los mensajes en una sucesión ordenada de movimientos de los músculos que participan en la producción del habla. Una lesión en este nivel trastorna la posibilidad de hablar y escribir, pero no la comprensión del lenguaje hablado y se puede seguir leyendo.

 

Por su parte, el área de Wernicke, situada entre la circunvolución temporal superior y el lóbulo parietal (un poco por detrás y encima del oído), es la encargada de la codificación y descodificación de los mensajes. Una lesión en el área de Wernicke incapacita para la adecuada comprensión y producción del lenguaje, hablado o escrito.

                                                       

 

                                                             

 

 

El método de la alarma es el tratamiento más sano para corregir la enuresis nocturna monosintomática porque carece de efectos secundarios y se obtienen más curaciones a corto y a largo plazo.

TRATAMIENTO DE LA ENURESIS

 

La enuresis nocturna es un problema relativamente frecuente en la población infantil. En nuestro país se sitúa en torno al 10,6%. Es más habitual en niños que en niñas.  También se incrementa en niños con antecedentes familiares de enuresis.

La enuresis nocturna simple o monosintomática no se acompaña de síntomas diurnos. Mientras que en la enuresis complicada o polisintomática pueden presentar también enuresis diurna.

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En el origen de la enuresis nocturna monosintomática intervienen múltiples causas como:

  • cierta predisposición genética
  • alteración de los mecanismos neurofisiológicos responsables del despertar ante el estímulo de plenitud de la vejiga
  • presencia de poliuria nocturna (ocasionada por una secreción insuficiente de la hormona antidiurética en el horario nocturno
  • capacidad vesical reducida (al menos durante el sueño)

 

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La enuresis nocturna es consecuencia de un fallo de aprendizaje. La continencia urinaria implica que el niño ha aprendido a dominar ciertas habilidades:

  • reconoce las señales fisiológicas de distensión de la vejiga (es consciente de la necesidad de orinar)
  • es capaz de contraer de forma voluntaria los músculos estriados, lo que le permitirá inhibir y posponer la orina hasta que llegue al baño 
  • sabe iniciar la micción de forma voluntaria, lo que significa que es capaz de relajar el complejo esfintérico para permitir la salida de la orina.

La mayoría de los niños logran la continencia entre los tres y los cinco años de edad. Pero probablemente por condiciones inadecuadas de aprendizaje, algunos no lo logran y necesitan que se les enseñe a permanecer secos durante la noche.

El control de la orina hay que aprenderlo y ejercitarlo para que se automatice al horario nocturno. Cualquier acontecimiento que dificulte o interfiera el aprendizaje puede favorecer la enuresis. La presencia de sucesos estresantes en un período evolutivo crítico (2-3 años) puede interferir en el desarrollo de la continencia nocturna, retrasando su consolidación.

El procedimiento utilizado en el tratamiento de la enuresis nocturna monosintomática es un programa conductual integrado por tres componentes:

  1. Alarma ante la orina
  2. Sobreaprendizaje
  3. Práctica positiva

 Este método de la alarma es el tratamiento más SANO para corregir la enuresis nocturna monosintomática puesto que CARECE DE EFECTOS SECUNDARIOS, y se obtienen MÁS CURACIONES a corto y a largo plazo.

Pese a ello, algunos profesionales médicos parecen reacios a recomendar su uso, eligiendo tratamientos farmacológicos como la imipramina, oxibutinina o la desmopresina.

 

 

 PROCEDIMIENTO

 

Los Métodos de evaluación habituales son:

 – entrevista inicial con los padres para indagar sobre los aspectos que tienen relación con la enuresis  e identificar las condiciones antecedentes y consecuentes funcionalmente relacionadas con el problema 

 – los registros conductuales que se destinan a recabar datos objetivos sobre la frecuencia de la enuresis, la respuesta de despertar y la capacidad funcional de la vejiga a fin de conocer la línea de base antes de iniciar el tratamiento.

Al comienzo de la intervención se programa una línea de base (entre dos y cuatro semanas),

Una vez finalizada la línea de base se procede a valorar todos los datos recopilados y a explicar a los padres el tratamiento a seguir durante aproximadamente 8 semanas. Es muy importante la motivación de estos para seguir las indicaciones y afrontar las demandas del tratamiento.

Posteriormente se procede a la retirada (5 semanas). Hay un seguimiento para corroborar el éxito de la intervención.

Se lleva a cabo más o menos en 9 sesiones.

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LOS PRIMEROS PASOS DE LOS BEBÉS PERTENECIENTES A DISTINTAS CULTURAS E IDIOMAS EN LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE

17 de noviembre de 2013

El entorno cultural y las primeras palabras

La socialización es una de las mayores fuerzas que hacen que el idioma se aprenda.

Las madres americanas animan a sus hijos a hablar y a nombrar, quieren que sean precoces. Son fuertemente animados y felicitados.

Las madres francesas conceden mayor valor a que esté contento y tenga buena conducta. No hacen esfuerzo alguno ni insisten en que el niño repita las palabras y solo aceptan una producción si se pronuncia relativamente bien.

Los niños ingleses producen más nombres (el inglés es rico en nombres).

La madre japonesa interviene poco cuando el bebé está aprendiendo nombres y hace menos comentarios en la interacción de este con el ambiente. Es sensible y no intervencionista. Insiste más en la calidad de la comunicación y de la expresión. Los niños japoneses adquieren las palabras tarde.

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Niños franceses, americanos, suecos y japoneses

Entre los niños franceses, americanos, suecos y japoneses hay una serie de categorías de vocabulario que aparecen en todos:

  • nombres de personas y familiares
  • nombres de objetos necesarios para la supervivencia (alimentos, bebidas, utensilios, ropa,…)
  • nombres de objetos de la casa especialmente los que hacen ruido y llaman la atención
  • nombres de animales a los que se refieren muchas veces por el sonido que producen.
  • Juegos: escondite, cu-cú,…
  • Comunicación social: hola y adiós

Bebés franceses:

64% de nombres (más términos sobre ropa y menos sobre objetos del ambiente)

24% de verbos

Expresiones como “esto es bonito”

Palabras relacionadas con “más”.

Bebés americanos:

Porcentaje alto de nombres: Nombres de personas a su alrededor, rimas de la guardería y dibujos animados, animales y objetos de la vida cotidiana. También “Money” está en su vocabulario. Influye la tendencia de los padres americanos a animar a sus hijos a nombrar personas y cosas.

Pocos verbos y adjetivos.

Bebés suecos

Son más activos y en su vocabulario hay mayoría de verbos de acción.

Bebés japoneses

Vocabulario más restringido para nombres personales y nombres de juguetes o comidas.

Nombran más elementos de la naturaleza y objetos de la casa.

Vocabulario más extenso en términos sociales (las madres japonesas tienen cuidado en que sus hijos usen frases corteses).

CONCLUSIÓN.

Sólo hay diecinueve palabras comunes en el vocabulario de niños franceses, americanos, suecos y japoneses (un 12% del total). Quince de esas palabras son nombres de personas y animales, sociales, un deíctico y una negación.

Estas palabras, en inglés, son: daddy, mummy, baby, eyes, dog, duck, bird, bear, juice, cake, ball, shoes, car, there/that, not there, no, y palabras del tipo goodbye, hello.

CURIOSIDADES SOBRE LA ADQUISICIÓN DEL LENGUAJE

14 de noviembre de 2013

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Para la obtención del vocabulario los bebés dependen bastante de su percepción del entorno.

El procesamiento inicial que el niño realiza es más acústico que lingüístico. En una segunda etapa de su desarrollo, el reconocimiento y la producción de palabras tempranas muestra que tiene conciencia de que algunas formas de sonido tienen significado. En un tercer estadio el rápido crecimiento de vocabulario corresponde no solo al descubrimiento de palabras que denotan conceptos sino a que puede aprender sobre la base de los conceptos que tienen a su disposición.

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Animado por un deseo de comunicar y armado con un cierto conocimiento del mundo y de la estructura de los sonidos del lenguaje, el niño tiene que relacionar los patrones de sonido con las representaciones de los objetos, acciones y eventos.

Los niños generalizan y restringen. Aprenden rápido que un objeto puede tener varias etiquetas. La tarea del niño puede ser facilitada por los adultos al señalar objetos y darles la etiqueta, sin embargo este tipo de procedimientos no se da en todas las culturas. Hasta que los niños puedan preguntar la definición de una palabra deben suponer su significado con la ayuda de su conocimiento del mundo y las relaciones con los otros.

Hacia los trece meses los niños entienden frases relativamente complejas.

La cultura, el ambiente social, el temperamento del niño, el orden de nacimiento, y otros muchos factores influyen en la edad en la que van a aparecer las primeras palabras. No obstante, suelen aparecer entre los once y catorce meses. Necesitan un promedio de cinco o seis meses para llegar a un vocabulario de cincuenta palabras.

El incremento de vocabulario expresivo es particularmente notable entre los dieciséis y veinte meses.

Cabe preguntarse: ¿los retrasos que se producen en edad temprana mostrarán rasgos patológicos futuros?, o bien, ¿las señales de precocidad predicen buenos alumnos?

La respuesta es que no. Tienen más valor predictivo las dificultades en vocabulario comprensivo que el número de palabras producidas.

 

Errores y primeros pasos

En sus primeros pasos, para producir una sucesión de sílabas los niños tienden a reducir y a simplificar:

  • Escogen las palabras bisílabas con las sílabas repetidas,
  • Suprimen sílabas. Las omisiones son comunes en las primeras palabras trisílabas. Usan la técnica de “llenar” o reduplicar sílabas para conservar el mismo número de sílabas,
  • Substituyen por fonemas fáciles otros más complejos como los fricativos o laterales (/s/, /z/, /ch/, /r/, /l/).
  • Suprimen la primera consonante,
  • Tienden a omitir las finales,
  • Reducen grupos consonánticos

Trastornos Psicológicos más frecuentes en el Accidente Cerebro-Vascular

21 de octubre de 2013

imagesAnsiedad

La ansiedad y los ACV se asocian a menudo en diferentes situaciones:

  • Ansiedad percibida inmediatamente antes de sufrir un ACV.

  • Ansiedad asociada a variaciones en la tensión arterial.

  • Ansiedad anticipatoria por miedo a que el ACV se repita, sobre todo durante el primer año tras sufrirlo.

  • Sensación de mareo.

Depresión

La depresión se asocia a menudo a los ACV. En su aparición colaboran:

  • Factores psicológicos debidos a la frustración por no poder expresarse al hablar, las limitaciones físicas que provoca el proceso, la parálisis y la preocupación por la enfermedad.

  • Factores biológicos, documentados por las alteraciones de los neurotransmisores que acompañan a los ACV.

Nos podemos plantear si los infartos cerebrales producen cambios en el estado de ánimo directamente o si éstos son resultado del sufrimiento causado por la incapacidad.

Sin embargo, no se debe sobrediagnosticar depresión en el ACV cuando aparecen alteraciones del sueño, del apetito o de la motivación, que pueden ser provocados por la enfermedad médica sin depresión evidente.

La depresión tardía y su asociación con la enfermedad cerebrovascular es frecuente. La patología cardiovascular favorece la depresión, y viceversa;

Demencia

Los ACV pueden provocar un cuadro de demencia característico tras la muerte celular, por isquemia o hemorragia. A la demencia vascular se le llamaba antes demencia multiinfarto o arteriosclerosa.

Las dos demencias más comunes son la vascular y la enfermedad de Alzheimer.

Síndrome amnésico

En este caso no se produce una afectación cognitiva global, como en la demencia, sino exclusivamente de la memoria. Se manifiesta por incapacidad para adquirir conocimientos nuevos, para retener y recuperar la información.

Delirium

Cuadro clínico de presentación aguda o subaguda, de duración recortada, provocado por una causa orgánica y que se acompaña de confusión y alteración de otras funciones psíquicas superiores.

Un ACV puede comenzar con un delirium y después evolucionar a una demencia, o a una demencia vascular sucederse un delirium.

El delirium puede aparecer con ocasión del primer ACV o bien en posteriores. Se favorece con cambios cualitativos o cuantitativos en la medicación, presencia de enfermedades intercurrentes, traslados de domicilio o privación sensorial.

Psicosis

Es un síndrome delirante orgánico de origen vascular en el que aparecen ideas delirantes sin confusión.

Se acompaña de alteraciones de la percepción, más frecuentes las visuales y cenestésicas, y menos las auditivas y del pensamiento, con delirios no muy ricos pero estructurados; los temas más comunes son perjuicio, persecución, robos, falsos reconocimientos y celos.

Trastorno orgánico de la personalidad

Se manifiesta con alteraciones de la conducta como agresividad, irritabilidad, intolerancia a la frustración, incontinencia emocional (sin tristeza), reacciones catastróficas ante tareas que no se pueden desarrollar, con fuertes sentimientos negativos, reticencia… Dificultan enormemente la convivencia, por lo que son causa frecuente de demandas de atención médico-psiquiátrica.

Síndromes frontales

Se producen dos síndromes principales:

  • Orbitofrontal. Se caracteriza por impulsividad que se manifiesta en la conducta sexual, el juego, la bebida, las compras innecesarias; además, se muestra irritabilidad, desinhibición, inadecuación social, falta de autocrítica y de introspección, reactividad emocional.

  • Prefrontal-dorsolateral. Se caracteriza por apatía, abulia, bradipsiquia, inhibición y abandono personal con falta de sintonía y reactividad afectiva.

Otros síndromes

Otros síndromes menos frecuentes son:

  • Síndrome de Diógenes: autonegligencia por lesiones

  • Síndrome amotivacional con pérdida de iniciativa, abulia, negligencia, falta de higiene, apatía y comportamiento rígido.
BIBLIOGRAFÍA
-Serna de Pedro I de la. Manual de psicogeriatría clínica. Barcelona: Masson, 2000.
-Birkett P. Psiquiatría clínica y accidente vascular cerebral. Barcelona: Masson,1998.

El Trastorno Cerebrovascular

2 de octubre de 2013

Amytis Towfighi, miembro de la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California y de la Academia Americana de Neurología, afirma que “hasta una de cada tres personas que sufre un accidente cerebrovascular desarrolla depresión”.

Realizó un estudio que contó con 10.550 personas con edades comprendidas entre 25 y 74 años a los que se siguió durante 21 años. De ellos, 73 tenían una apoplejía, pero no desarrollaron depresión; 48 sufrieron un accidente cerebrovascular y depresión, 8.138 no habían tenido un accidente cerebrovascular o depresión y 2.291 no padecieron un accidente cerebrovascular y no estaban deprimidos.

Según Towighi, su investigación ponía de relieve la importancia de la detección y el tratamiento de la depresión en las personas que han sufrido un accidente cerebrovascular”. En su opinión, si se tiene en cuenta que la depresión es común después del accidente cerebrovascular y las consecuencias potenciales de padecerla, se pueden buscar signos y síntomas y su tratamiento puede ser “clave”.